9 El ataque poblacional anglo
9.1 El ataque poblacional anglo: Los leucoanglos
El ataque poblacional anglo
Se denomina ataque poblacional anglo a la sustitución de la población castelaura (hispanoamericana) de lo que se llamaría Zona del Canal, por una población especial, hecha a la medida de los norteamericanos.
El extrañamiento de la población castelaura constituiría la primera fase del ataque poblacional.
La segunda fase del ataque poblacional estaría constituida por la formación de la población zonian.
Los Zonians han dividido la Zona en un sector Pacífico y un sector Atlántico. Otro punto de su lógica geográfica es que usan la voz Istmo con tanta frecuencia como la voz Zona. Los chicos de la escuela Superior de Balboa se llaman a ellos mismos zonian.
Últimamente parece prevalecer la voz zonian sobre la voz isthmian.
Leyendo papeles originados en la Zona se tiene la sensación de que esa Zona es el Isthmus. La gente de la Zona vive en el Isthmus. Hay gente que vive en la Republic. Las personas son expulsadas del Isthmus, los echan hacia la Republic.
Hay aparentemente una secuencia con estas voces. La más antigua sería Isthmus, la más reciente sería Zone.
La década del diez
No. | Ciudad | Blancos | Negros |
---|---|---|---|
1. | Ancón | 895 | 724 |
2. | Balboa | 472 | 531 |
3. | Bas Matachin | 11 | 479 |
4. | Bas Obispo | 265 | 180 |
5. | Bohío | 10 | 251 |
6. | Caimito | 0 | 163 |
7. | Camp Elliot | 433 | 10 |
8. | Camp Otis | 878 | 1 |
9. | Cartagenita | 2 | 219 |
10. | Corozal | 702 | 218 |
11. | Cow Pens | 1 | 404 |
12. | Cristobal | 1,482 | 1,949 |
13. | Cruces | 1 | 132 |
14. | Cucaracha | 28 | 240 |
15. | Culebra | 939 | 891 |
16. | Diablo | 49 | 1 |
17. | East Balboa | 470 | 92 |
18. | Empire | 1,757 | 3,701 |
19. | Enterprise | 157 | 69 |
20. | Fox Rivers | 9 | 105 |
21. | Frijoles | 10 | 43 |
22. | Gatún | 2,893 | 5,399 |
23. | Golden Green | 7 | 1,322 |
24. | Gorgona | 1,449 | 1,369 |
25. | Haut Obispo | 186 | 174 |
26. | Las Cascadas | 586 | 535 |
27. | Las Sabanas | 60 | 147 |
28. | Lirio | 0 | 310 |
29. | Matachin | 81 | 551 |
30. | Miraflores | 685 | 341 |
31. | Monte Lirio | 56 | 284 |
32. | Mount Hope | 55 | 980 |
33. | New Frijoles | 33 | 172 |
34. | Palo Seco | 62 | 59 |
35. | Paraíso | 662 | 1,145 |
36. | Pedro Miguel | 878 | 1,069 |
37. | Río Grande | 492 | 541 |
38. | San Pablo | 5 | 32 |
39. | Santa Cruz | 0 | 70 |
40. | Tabernilla | 6 | 27 |
41. | Toro Point | 183 | 378 |
Observaciones sobre la década del diez
El asunto contemplado en la lista de pueblos y campamentos en la Zona del Canal durante la década del diez trata de ilustrar el comienzo del problema de la formación de instalaciones norteamericanas en la Zona del Canal.
De estos pueblos y campamentos, los norteamericanos blancos derivarían, pasando el tiempo, una red de ciudades bien instaladas, bien atendidas, que cambiarían el paisaje cultural de la Zona, que haría de la Zona una gran colonia tropical norteamericana. Esto implica necesariamente la eliminación minuciosa de todo vestigio de la ocupación anterior, la de la Oleada n-2, cuyos miembros serían expulsados.
Esto repite, en cierto sentido, la experiencia de desalojo a que fue sometida la Oleada n. 1 a manos de la Oleada n. 2, durante el tiempo de la formación de la Zona Española del Istmo de Panamá.
Puesto de otra manera, la Oleada n. 1 ocupaba el Istmo en el siglo XVI. En esta fecha entraron los españoles y se hicieron de su propia zona, quedando el Istmo dividido en Zona n. 1 y Zona n. 2.
Durante el siglo XX entraron los norteamericanos y sus asociados principales, los antillanos (melanoanglos), en la Zona del Canal eliminando de su Zona a los de la Oleada n-2 y conformándose como Oleada n. 3.
Habrá que advertir que todas las ciudades de la Zona serían norteamericanas, tendrían aspecto norteamericano, funcionarían como norteamericanas, y esto incluye las ciudades de negros (melanoanglos), las cuales comenzarían como campamentos para trabajadores antillanos.
Es en estas ciudades de negros donde los norteamericanos presionarían para lograr, en pocas generaciones, la transformación de los melanoanglos británicos, en negros norteamericanos, tanto de cultura como de orientación, con lo cual la Zona se acercó a la situación prevaleciente en el viejo Sur de los Estados Unidos.
La década del cincuenta
Zonians de oro
(Datos de Biesanz, 1961:54)
Características generales
Nacionalidad norteamericana, blancos.
Empleos
Especialistas mecánicos, administración, profesionales, maestros, policías, bomberos, pilotos prácticos.
Privilegios
Ingreso per cápita (1054) B/.6.062, diferencial tropical de 25%, empleos superiores de oficinas, paga 80% mayor que la de U.S.A. hasta 1912, vacaciones en los Estados Unidos con pago nominal del transporte, comisariatos.
Psicología
Efecto nivelador de la Zona en los recién llegados, recién llegado se despoja de su identidad USA, adopta identidad zonian, posición social 2 peldaños arriba que equivalente USA, encumbramiento frente a los melanoanglos, vara de medir era la categoría de empleo.
Casas
Máxima categoría eran las de las lomas de Ancón (Ancón Hill) (1946), casas en Balboa Heights superiores a las del plano, casa de 12 familias era la categoría ínfima, aprobación del gobierno hasta para pintarla.
Clubes
Pronunciada dicotomía civil militar, civil era epíteto injurioso, civiles envidiaban a los militares, primer círculo era el del ejército, segundo era el círculo de los pilotos, tercero era el círculo escolar, los casados con panameña eran los descastados.
Vestidos
Mayor sencillez que equivalentes panameños, ropa deportiva de algodón con sandalias, medias y sombreros excepción, vestidos palm beach, lino en ocasiones.
Protección (1954)
Contra incendios costaba B/. 17.90 en comparación con B/.6.36 en Washington; protección policíaca B/. 54.91 per cápita en comparación con B/. 10.44 en Washington; protección médica un cuarto o la mitad de su equivalente en Washington; índice de defunciones 6.5 por mil en la Zona del Canal, 9.58 por mil en U.S.A.
Servicios del Gobierno
Policía, Cortes, Correos, Bomberos, Escuelas, Almacenes, Teatros, Árboles de Navidad, Alquiler de Viviendas, Publicación de Periódicos, Venta de Pan, Operación de Ferrocarril.
Mitología Política
Símbolo del césped manicurado; complejo de ordenados y eficientes.
La década del setenta
No. | Ciudades melanoanglas | Ciudades leucoanglas |
---|---|---|
Sector Atlántico | ||
1. | Rainbow City (2375 h) | Margarita (1365 h.) |
2. | Coco Solo (1071 h.) | |
Sector Pacífico | ||
1. | Paraíso (1659 h.) | Ancón (1151 h.) |
2. | Pedro Miguel (1408 h.) | Balboa ( 2569 h .) |
3. | Diablo (1178 h.) | |
4. | Gamboa (2102 h.) | |
5. | Los Ríos (1137 h.) |
Observaciones sobre las ciudades durante la década del setenta
Hasta la década del setenta las Comunidades de la Zona del Canal estuvieron divididas racialmente.
Es decir, había ciudades de Oro y Ciudades de Plata. O lo que es igual, hubo Ciudades de Blancos y Ciudades de Negros.
Y las Ciudades de Blancos mandaban sobre las Ciudades de Negros y los de las Ciudades de Negros igualaban en todo lo que hacían los de las Ciudades de Blancos.
Esta división ciudadana está relacionada, desde luego, con el modelo de apartheid que llevaba el nombre de Roll.
De esta manera había Gold Roll y Silver Roll (originalmente planilla de oro y planilla de plata.)
Y esos Rolls no se mezclaban.
Tanto es así, que en un mismo edificio podía haber una fuente Gold (de oro) y una fuente Silver (de plata). Y sanitarios Gold (para blancos) y Silver (para negros). Y así seguía la segregación hasta el infinito.
Procedimientos para la limitación de movimientos del personal
(según el Panama Canal Company Directory - 1972)
“Los procedimientos a continuación serán implementados por la Compañía y Gobierno para proveer una guía a los empleados de la Compañía del Canal de Panamá y Gobierno de la Zona del Canal, sus dependientes y otros miembros de las comunidades civiles de la Zona del Canal cuando así lo requiera la situación local” (en la República)
PML Alpha
(Normal) Ejerzan cautela y eviten aglomeraciones, reuniones y demostraciones, etc., en las Ciudades de Panamá y/o Colón que puedan ser potencialmente hostiles.
PML Bravo
No conduzcan automóviles particulares en las Ciudades de Panamá y/o Colón a menos que residan en las mismas o en capacidad oficial; permanezcan fuera de la Ciudad de Panamá entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana, a menos que residan en la misma o en capacidad oficial. Se exhorta al personal a escuchar la estación de radio SCN (Véase nota más abajo).
PML Charlie
Sólo entren a las Ciudades de Panamá y/o Colón en capacidad oficial de primer orden o si residen en las mismas. Todo vuelo de aviones del Club Aéreo o de civiles estarán restringidos a la Zona del Canal. Se exhorta al personal a escuchar la estación de radio SCN.
PML Delta
Se avisa al personal estadounidense que reside en las Ciudades de Panamá y/o Colón que permanezca dentro de sus casas en todo momento. Todo vuelo de aparato civil o del Club Aéreo queda suspendido. Deberá viajarse a través del Istmo por ferrocarril, por mar o por aire solamente. Se exhorta al personal a que escuchen la estación de radio SCN.
Notas acerca del documento sobre la limitación de movimientos
Este es un documento muy expresivo que puede servir para confirmar la naturaleza que tenía la población de la Zona durante los años setenta, una naturaleza agudamente diferente a aquella de los tiempos de la construcción del Canal.
Aquella conformación de las décadas iniciales de construcción tenía claramente una forma transitoria. Esta tiene incluso nombre para su territorio. Hay que observar que a lo que llaman el Istmo es a la Zona del Canal. Hay que notar que su concepto de Istmo lo oponen al concepto de “La República.”
Hay que notar también la existencia, en el documento, de tres categorías, una de las cuales, la que tendría más visos de permanencia sería la llamada “Comunidades Civiles”, las que representan ciertamente la colonia, el núcleo de la Oleada N. -3.
CONSEJOS CIVICOS ESTADOUNIDENSES DE LA ZONA DEL CANAL
PLIEGO DE ASPIRACIONES PRESENTADO AL SUBCOMITE DEL CANAL DE PANAMA
DEL COMITE DE MARINA MERCANTE Y PESQUERIAS DE LA CAMARA DE REPRESENTANTES DE LOS ESTADOS UNIDOS 21 de Abril de 1975
Caballeros:
Me llamo Douglas Schmidt y trabajo para la Dirección de Ingeniería y Construcción del Canal de Panamá. También soy Presidente del Consejo Cívico Estadounidense del Pacífico. Me acompañan hoy algunos representantes de otros Consejos Cívicos Estadounidenses: el Dr. Richard Cheville, nuestro Médico Escolar de la Zona del Canal; el Mayor Mike Gordon, de la Policía de la Zona del Canal; el Sr. Hank Thompson, Presidente del Consejo Cívico de Gamboa y uno de nuestros consejeros de escuelas secundarias, el Capitán Mason Flint, práctico del Canal de Panamá y Presidente del Consejo Cívico de Gatún y la Sra. Charlotte Kennedy, Presidenta del Consejo Cívico de Margarita y Brazos Heights. La Sra. Kennedy y el Capitán Flint representan también el Consejo Cívico de Coco Solo y France Field.
Los Consejos Cívicos, compuestos de representantes elegidos democráticamente en las diferentes poblaciones de la Zona del Canal, funcionan como una junta de sondeo y grupo asesor del Gobernador y otros funcionarios de la Compañía y del Gobierno de la Zona del Canal en asuntos que se refieren a la vida cívica en la Zona. Al celebrar reuniones regulares y públicas, estos consejos cívicos actúan como una combinación de vigilantes, resolvedores de problemas y mediadores en asuntos de interés público para los ciudadanos estadounidenses que viven en la Zona del Canal. Delegados, elegidos entre los consejos de cada una de las poblaciones se reúnen con el Gobernador de la Zona del Canal para discutir asuntos de nuestras comunidades y buscar soluciones a sus problemas. Nuestros dignatarios y miembros sirven voluntariamente y sin emolumento alguno. Los últimos gobernadores nos han apoyado, manteniendo una política de puertas abiertas en lo que se refiere a asuntos de la comunidad.
Nuestro viaje a Washington, para compartir nuestros puntos de vista con ustedes ha sido pagado totalmente con contribuciones de ciudadanos de la Zona del Canal. Nos referimos a electricistas, maestros, oficinistas de almacenes, prácticos, enfermeras, policías, contadores, y operarios de esclusas, sólo para mencionar algunas de las posiciones que se necesitan para operar el Canal. Estas personas comprenden que esta es verdaderamente una ocasión histórica; la primera vez que un representante de los ciudadanos que sirven en la Compañía del Canal y Gobierno de la Zona del Canal, se presenta ante un Comité del Congreso en la Capital de nuestra Nación. Estamos muy agradecidos por la invitación que ustedes nos han hecho y creemos que nuestra presencia aquí es un hito en nuestra relación de trabajo cada vez más armoniosa, entre el pueblo de la Zona del Canal y el Congreso de los Estados Unidos.
Al representar nuestras comunidades, normalmente nos preocupamos por la vivienda, las instalaciones de recreo, los servicios hospitalarios y las instalaciones de ventas al detal. Pero estos asuntos locales resultan empequeñecidos por un problema de moral que va en aumento y que supera todas las demás preocupaciones de los que nos eligieron.
Nuestra gente es razonable y no se opone rígidamente a los cambios. Pero, francamente, caballeros, estamos asustados, no sólo por nosotros sino por lo que los Estados Unidos perderá si entrega la Zona del Canal a Panamá, del todo. Para decirlo más claro, estamos también preocupados por nuestro futuro y debido a que no contamos con ningún Senador o Representante elegido en el Congreso de Estados Unidos, nos dirigimos a ustedes para explicarles nuestra posición respecto a un nuevo tratado.
Estamos asustados porque tememos el que Estados Unidos ceda su jurisdicción en la Zona del Canal. Nosotros podríamos ajustarnos a ciertos cambios, pero no a un cambio de jurisdicción. La presencia de juzgados, policía, escuelas, hospitales, correos y aduanas estadounidenses contribuye en gran escala al orden, estabilidad y seguridad del empleado de la Compañía-Gobierno que vive en la Zona y es en el conjunto de estos trabajadores sobre lo que se basa la operación del Canal. Las actividades del gobierno que acabamos de mencionar funcionan segura, eficiente y confiablemente con garantías constitucionales intrínsecas que protegen contra un trato injusto de parte de un juez o funcionario de policía caprichoso. La actual dictadura de la República de Panamá no ofrece garantías de libertades cívicas, como lo han demostrado muchos casos de abuso del poder y de persecución contra ciudadanos privados. El Gobierno de la Zona del Canal puede proporcionar documentación sobre este aserto y los individuos que han sufrido en carne propia dicho abuso y persecución pueden proporcionar información más concreta si ustedes celebran audiencias a puertas cerradas sobre este asunto. En Panamá, el gobierno de un dictador decreta cuáles periódicos pueden imprimirse y cuáles estaciones de radio y televisión pueden transmitir. No hay libertad de prensa. Recientemente una revista y un periódico fueron cerrados, antes de que empezaran a aparecer, debido a que sus dueños anunciaron su intención de imprimir las noticias objetivamente, hasta puntos de vista opuesto al actual Gobierno de Panamá.
En lo que respecta a jurisdicción, también estamos asustados porque vemos que Panamá va teniendo mayores vinculaciones con países comunistas tales como Cuba, Corea del Norte y la China Roja. Este hecho disminuye todavía más nuestro deseo de vivir bajo soberanía panameña.
Estamos asustados porque tememos que una Orden Ejecutiva cumpla lo que no puede conceder un tratado no ratificado. Como un precedente peligroso, hemos visto el cambio de France Field a jurisdicción de Panamá, que ha sido posiblemente el primer caso de una atrición planeada de la Zona del Canal por medio de una Orden Ejecutiva. Creemos que en este asunto no se consultó al Congreso, porque sabemos que la legislación sobre el cambio de jurisdicción en France Field estaba pendiente, cuando se tomó una decisión repentina para utilizar una cláusula obscuro en un tratado existente, con el fin de apresurar el asunto. Exhortamos a los Congresistas, los representantes elegidos nacionalmente, tanto en Estados Unidos continental como en el extranjero, a que mantengan una vigilancia estrecha sobre cualquier intento de concesiones que se pueden hacer entre el momento de la firma del tratado y el de la ratificación del mismo. La vital vía interoceánica y la Zona del Canal que lo rodea son demasiado importantes para los Estados Unidos y el comercio mundial, para que sean cedidos rápidamente como una prenda política para evitar que un dictador cumpla con sus amenazas públicas de violencia. Es nuestro parecer, que el Congreso puede alterar las dimensiones físicas de la Zona del Canal en un nuevo Tratado, pero que el eliminarla totalmente, esto es, otorgar a Panamá la jurisdicción sobre la Zona del Canal, equivaldría a dar el Canal al mismo tiempo. El Canal y la Zona del Canal van de la mano, no pueden sobrevivir el uno sin el otro.
Durante varios años, los empleados y sus familiares han sabido que se está pactando un nuevo tratado. Hasta ahora sólo han podido adivinar en lo que respecta a los efectos de dicho tratado sobre sus trabajos y sobre sus vidas. En 1967, se estaban preparando para el impacto de un nuevo tratado, cuando Panamá rechazó el propuesto acuerdo, deteniendo temporalmente las negociaciones. Pero los empleados y sus familias continuaron especulando y cambiando rumores sobre posibles concesiones contractuales.
Cuando el Embajador Ellsworth Bunker otorgó una Audiencia a los representantes de los Consejos Cívicos en 1973, les aseguró que los mantendría informados sobre las negociaciones y que tendría presentes sus mejores intereses. Desde que se hizo esta promesa no se nos ha comunicado nada oficialmente, pero nuestra única información consiste en lo que informa la prensa de Panamá de (a) la llegada del Embajador Bunker a Panamá, (b) que es llevado a la Isla Contadora para consultas y (c) su partida de Panamá. Los periódicos locales embellecen estos informes con historias sobre generosas concesiones y “conquistas” que conseguirá Panamá por medio del nuevo Tratado. Al encontrarse con un silencio virtual de parte del lado de los Estados Unidos de las negociaciones, los empleados no tienen otra cosa más que intercambiar rumores y la moral continúa decayendo.
Esta atmósfera de suspenso, que se ha extendido durante varios años ha causado deterioro de la moral de los empleados. El futuro del empleado promedio es una gran interrogante. En abril de 1975, el empleado se pregunta si sus hijos asistirán a la escuela en el otoño de 1975 debido a los fuertes rumores que circulan en el sentido de que las funciones del Gobierno de la Zona del Canal se terminarán con la firma de un nuevo tratado en mayo o junio de 1975. Si dicho empleado se encuentra en una edad entre los 35 y 55 años, se preocupa sobre el lugar de los Estados Unidos donde se radicará, acerca de la compra de una casa en los Estados Unidos después de haber pasado años pagando alquiler por viviendas del gobierno en la Zona, y acerca de encontrar trabajo en el medio de una seria depresión económica. Hasta este punto, los empleados han cumplido con sus obligaciones admirablemente, a pesar de todas las incertidumbres que se ciernan sobre la Zona del Canal. El deterioro continuado de la moral de los empleados llegará eventualmente, a afectar la operación del Canal.
Estamos asustados porque la prensa de los Estados Unidos parece creer completamente la afirmación del General Torrijos de que cuenta con el 100% del respaldo de su pueblo. Sabemos por medio de amigos personales y conversaciones con panameños, que esto no es verdad. Si así fuera, no sería necesario suprimir la libertad de prensa en Panamá. Nos encontramos con muchos amigos panameños en los clubes, eventos deportivos y reuniones sociales y nos dicen que tienen poca confianza en su gobierno y tienen temor de hablar demasiado libremente dentro de sus propias fronteras debido a posibles represalias de parte del gobierno. Señalamos esto sólo para demostrar que el Dictador de Panamá está equivocado al afirmar que su política está apoyada en la Unidad Nacional.
Como empleados de la Compañía-Gobierno, nuestros trabajos han sido creados por el Congreso de los Estados Unidos. Hemos hecho lo que se nos ordenó hacer y lo hemos hecho bien. Un alto nivel de pericia unido a un esfuerzo conjunto empieza a trabajar en caso de fallas mecánicas, de deslizamientos en el Canal o aún, cuando hay fallas en la energía eléctrica: así es como se mantiene el tráfico de naves por el Canal las 24 horas del día, durante 365 días al año. La operación del Canal es nuestra contribución a la reputación de los Estados Unidos por su excelencia y confiabilidad.
Vivimos día a día en esta “Octava Maravilla del Mundo”. El Canal, parte básica e importante de nuestras vidas, es un monumento al genio de la ingeniería de los Estados Unidos, algo tan importante para el pueblo de Estados Unidos como la Campana de la Libertad. Conociendo el Canal y a sus empleados tan bien como los conocemos, creemos que tenemos la autoridad necesaria para hacer las siguientes observaciones:
- La práctica estadounidense de una disciplina económica que reinvierte fondos y energías en mantenimiento preventivo para el Canal y su equipo podría no continuar si otro país asume la operación del Canal.
- El aumento del costo a los Estados Unidos y a la navegación mundial (y por último al consumidor) si el Canal es cerrado o si los peajes llegan a ser prohibitivos, debe investigarse exhaustivamente.
- La historia de la inestabilidad política de Panamá no puede ser ignorada al calcularse los efectos a largo plazo sobre la permanente eficiencia de la operación del Canal y su posible efecto sobre los peajes del Canal.
- Los empleados latinoamericanos que residen en la Zona del Canal, de origen antillano, que han dado largos años de servicio leal en la construcción, operación y mantenimiento del Canal, no deben ser “eliminados” en cualquier tratado que se firme entre los Estados Unidos y la República de Panamá. Ellos, como empleados de la Compañía del Canal de Panamá y del Gobierno de la Zona del Canal deben recibir un trato justo y equitativo.
- Los Estados Unidos debe garantizar a los empleados los beneficios de jubilaciones a pesar de cualquier arreglo contractual, debido a que estos empleados han cumplido con su parte del acuerdo de empleo.
Deseamos ser razonables en este asunto de un nuevo tratado con Panamá, pero no podemos negar nuestros profundos sentimientos de temor y de negros presagios. Exhortamos a ustedes, nuestros Congresistas a que observen con cuidado y largamente el propuesto tratado, a que hagan preguntas, a que soliciten toda la documentación que necesiten para ayudarse a tomar una decisión sabia. Los exhortamos a no abdicar sus poderes legislativos al permitir que por Orden Ejecutiva se pase por alto lo que piensan sus electores. Igualmente, los exhortamos a que regresen a la Zona del Canal para una visita larga, que les permita más tiempo para investigar, examinar, celebrar audiencias y en general, aprender a conocer el Canal y la Zona, lo cual no es posible durante visitas cortas y de programas recargados. Los exhortamos a que se opongan a cualquier provisión que haya en el Tratado que no vaya en los mejores intereses de los Estados Unidos. Nuestra gente, que ha vivido en una atmósfera de incertidumbre durante bastante tiempo ya, no se ve animada por informes de prensa que demuestran que los Estados Unidos está adoptando una posición defensiva en varias áreas de política exterior. No queremos ver a nuestro país aceptando un tratado no favorable a sus mejores intereses, todo bajo el disfraz del “Nuevo diálogo con nuestros socios de América Latina”, tan de moda en estos momentos. La firme determinación que creó esta vital vía acuática debe ser la misma que la opere para el comercio de todas las naciones del mundo.
Nosotros, los empleados estadounidenses de la Compañía del Canal, somos pocos, lo admitimos sin reservas. Reconocemos que estamos interesados en el resultado de las actuales negociaciones para un tratado. Pero creemos que un cuidadoso examen del problema íntegro del Canal de Panamá demostrará que los mejores intereses de los estadounidenses que viven y trabajan en la Zona del Canal coinciden y no están en conflicto con los mejores intereses de todo el pueblo de los Estados Unidos de América. Constituye una sociedad de consagración y propósitos, de armonía y de continuidad. Gracias por la oportunidad de presentarnos ante ustedes y de exponerles los pensamientos y temores de quienes mantienen las naves transitando sin problemas por la encrucijada del comercio mundial.
Nota sobre el documento de los consejos cívicos leucoanglos
Los Consejos Cívicos Estadounidenses de la Zona del Canal son organizaciones de las ciudades de Blancos: (leucoanglos). Los habitantes de las Ciudades de Negros (melanoanglos) tienen también sus Consejos equivalentes.
Los Consejos Cívicos Estadounidenses equivaldrían a la representación de lo que en otros documentos se llama Comunidades Civiles. La actitud de estas organizaciones recuerda la actitud, aunque no las operaciones, de la población civil francesa en Argelia cuando la decisión del Gobierno francés de retirarse de aquel país y dejárselo a sus nativos, los argelinos.
Aquella población colonizadora francesa en Argelia estaba opuesta a la retirada de los franceses porque perdían toda clase de privilegios. Se negaban a quedarse en Argelia sometidos a la jurisdicción argelina, a la cual acusaban de toda clase de defectos, en una lista parecida a la que produjeron los Consejos Cívicos de la Zona. De esta manera, en el documento se dice que el principal “susto” de los zonians era en que los U.S.A. perdieran su jurisdicción en la Zona. La presencia de seis características manejadas norteamericanamente le daban estabilidad y seguridad a su sociedad. Las características eran:
Presencia de:
- Juzgados
- Policía
- Escuelas
- Hospitales
- Correos
- Aduanas, norteamericanas … No tenían deseo de “vivir bajo soberanía panameña” que implica esas organizaciones al estilo panameño.
9.2 El ataque poblacional anglo: melanoanglos
La vida de los melanoanglos (antillanos) en la Zona ha sido un poco, llegar, trabajar, reducción de fuerzas, expulsión hacia la República, una vez en la República, amurallamiento ostensible.
El susto principal ha sido la expulsión hacia la República, y ese susto está causado por las asociaciones de la expulsión: pérdida de trabajo - hambre y miseria en Panamá, (La República).
Los norteamericanos blancos (leucoanglos) han hecho de la Zona un país dual, es decir, bicolor; y, sin embargo, habrían preferido un país blanco, monocolor.
Y ese es el significado del cierre de numerosas poblaciones de color y la apertura de poblaciones para blancos.
Y ese es el sentido de lo que un Gobernador declaró a un antillano naturalizado norteamericano, nacido en Panamá.
Le dijo el Gobernador (leucoanglo) que la insistencia de los negros de vivir en la Zona del Canal (de pertenecer a la Zona del Canal) era lo que enturbiaba las relaciones entre Panamá y los Estados Unidos y daban una falsa imagen de la Zona del Canal, como compuesta de población dual: blanca y negra.
Se refirió a algo como la insistencia de los negros de considerarse habitantes de la Zona traía calamidades. Y aquí hay que poner algo que no fue verbalizado: Que traía calamidades a los zonians legítimos que eran blancos.
Este es un asunto complicado porque hay varias visiones superpuestas:
- Ese Gobernador veía la Zona como un lugar blanco, con algunos negros que no eran de ahí y que pretendían pasar por habitantes.
- Los melanoanglos zonian: la imagen que tienen corresponde a negros junto a blancos como en el sur de los Estados Unidos, con lucha por igualdad de derechos, integración escolar, etc.
- Los panameños (hispanoamericanos): ven una población dual (de blancos y negros) en la cual los blancos están arriba y los negros antillanos abajo, ambos son habitantes. Es su Zona.
Melanoanglos zonians - La década del cincuenta
Zonians de plata
(Datos de Biesanz, 1961:210)
Características generales
Antillanos, ciudadanos británicos, negros.
Casas
Típica de 2 o 3 habitaciones. En edificios de hasta 25 familias. Los apartamentos atravesaban el edificio por lo ancho. Las familias invadían hasta las terrazas. Las terrazas servían de corredor. Una sola entrada al edificio. Para llegar a una vivienda había que pasar por cinco terrazas ajenas.
Clases
La clase media compuesta de dirigentes y miembros de logias. Vida respetable. Educaban hijos hasta secundaria.
Primera generación
Orgullosos de su ciudadanía británica. El gobierno colonial británico no tenía interés en ellos. Durante la II Guerra Mundial aclamaron a Churchill y a Montgomery.
Segunda Generación
Se sentían al margen de 3 culturas. “Hombres sin Patria.” Confusos y desorientados. Ciudadanía incierta. Durante la Segunda Guerra Mundial aclamaron a Roosevelt.
Tercera Generación
Lecturas: Ebony, Courier, Time, Life. Conciencia de ser negros. Intereses comunes con los negros de los Estados Unidos.
Relaciones entre melanoanglos y leucoanglos
(Datos de Biesanz, 1961:68)
Primera Generación
El antillano llegó como visitante a ganar dinero. No se proponía vivir en el Istmo. Ignoraba cuál era la ciudadanía de sus hijos. Creían que ni los menores de edad serían aceptados en las islas. Terminado el Canal, los sindicatos norteamericanos lograron reducir los salarios de plata. Estaban desamparados por su ciudadanía anómala.
Segunda Generación
Poca lealtad hacia las colonias británicas. Se les había educado en escuelas norteamericanas o panameñas. No se sentían bien recibidos en ninguna de las dos culturas. Hombres marginales, frustrados, inseguros, agresivos, resentidos, hostiles hacia los Estados Unidos.
Adoptaron la doctrina de la solidaridad racial. Creencia que el sistema en la Zona se basaba en prejuicio racial. Se mofaban de los ideales de sus padres: resignación y lealtad cristianas. En trabajos el tortuguismo y falta de cortesía elemental. Acusaban a sus padres de conducta servil y sumisa.
1946
Ejército de intocables. Segregados de los norteamericanos. Casta inferior en el sistema. Paga de un tercio por igual labor que los norteamericanos. Vivían en poblaciones segregadas en la Zona. Hacían sus compras en tiendas separadas. Iban a clubes separados. Dispensarios, Hospital y horas de consulta distintos. Escuelas separadas. Fuentes de agua separadas. Ventanillas de correos separadas. Jubilación de 1 dólar mensual por cada año de servicios. Jubilados no podían seguir viviendo en la Zona. La Zona empleaba a la República como basurero de trabajadores agotados.
El concepto de “Las comunidades latinoamericanas en la Zona del Canal.”
En realidad, es de conocimiento muy común que se trata de otro de los intentos de la población blanca de la Zona de segregar a los otros habitantes, renombrándolos LATINOAMERICANOS, para asociarlos a los panameños, cuyo núcleo está formado por hispanoamericanos.
Es la secuencia que comenzó con el Silver Roll y que culmina con las Comunidades Latinoamericanas.
Fue fácilmente perceptible que había en la nueva nomenclatura una incongruencia de base. Los habitantes negros de la Zona del Canal (melanoanglos) no son latino parlantes sino que son angloparlantes. Entonces, estos latinoamericanos son especiales porque resulta que no lo son.
Ese es un concepto inventado por los zonians de Oro (leucoanglos) para condicionar, en la dirección hispanoamericana a los melanoanglos de la Zona.
Está relacionado con el deseo manifiesto de los leucoanglos de deshacerse de los melanoanglos para esquivar la acusación de colonialistas.
Una etapa importante en la vida de los melanoanglos en la Zona ocurre cuando los leucoanglos comienzan a clasificarlos como latinoamericanos y a actuar de acuerdo con tal concepto.
Antes, los melanoanglos habían sido: westindians, después Silver Roll, y su último papel fue el de Latinoamericanos, preparándolos para la expulsión definitiva hacia la República.
La expulsión de melanoanglos en la Zona en 1915
Una de las características de los melanoanglos en la Zona del Canal es la permanente amenaza de expulsión o la expulsión física de la Zona.
Marcia Arosemena de Arosemena (1972:372) explicó una de las primeras experiencias colectivas de los melanoanglos en asuntos de expulsión hacia la República de la manera siguiente:
(Arosemena, 1972:372)
Terminada la obra de construcción del Canal muchos de ellos fueron repatriados a las Antillas, pero otros tantos siguieron contratados para los servicios de operación y mantenimiento del Canal. Refiriéndose al problema de las repatriaciones, dijo el Gobernador de la Zona del Canal en 1915: “La repatriación de trabajadores ha aliviado materialmente la congestión en la situación del trabajo, aunque el número de trabajadores que están aprovechando la oportunidad de regresar a sus casas no guarda proporción con el número de desempleados, pareciera que la gente aparentemente no desea regresar a sus lugares de origen, después de haberse acostumbrado a los salarios más altos que recibían en la Zona.”
A pesar de que en lapso de tiempo transcurrido entre los años de 1904 y 1953 fueron repatriados 22,320 inmigrantes y descendientes de antillanos, la permanencia y consecuente proliferación de una nueva minoría étnica que se inició hace 120 años en la vida del Istmo.
Otro hecho preciso se da en 1915 cuando los Estados Unidos, con motivo de la Primera Guerra Mundial disuelve los núcleos extranjeros residentes en la zona canalera para incrementar las bases militares. Este es el primer desplazamiento masivo que se produce de obreros extranjeros a las zonas de la Ciudad de Panamá, Colón y Bocas del Toro. Y por así decir, se inicia el éxodo de los grupos antillanos en circunstancias desventajosas que poco han variado hasta el presente.
La expulsión de melanoanglos de la Zona en 1920
Rolando Stirling Arango (1977:1) escribió la biografía de William Preston Stoute, nativo de Barbados. Ahí se dice lo siguiente:
“Fiel a su creencia, según la cual, todo mal debe ser corregido y que nada bueno puede conseguirse sin pagar una cuota de sacrificio, cuando el Gobernador Chester Harding rehusó atender el pliego de aspiraciones presentado por la United Brotherhood para beneficio de los obreros afiliados a esta unión obrera, convocó a la huelga a casi 17,000 obreros el 24 de febrero de 1920.
El pliego exigía entre muchas otras demandas, las siguientes: Día laboral de 8 horas, aumento de salario, un mejor mecanismo para la clasificación de los trabajadores, igual salario para las obreras que efectuaban trabajos semejantes a los de los hombres, protección contra los despidos injustificados, respeto al fuero sindical, etc.” “Así como la Entente pretendió destruir el naciente Estado de los Trabajadores, aquí en Panamá, las embajadas francesa y británica en complicidad con los colonialistas yankees sabotearon la huelga obrera de 1920, acción en donde la represión de las tropas de ocupación norteamericanas fue violenta contra las mujeres, niños y padres de los huelguistas. Comunidades enteras quedaron desiertas, al ser desalojados sus habitantes a punta de bayoneta y culatazos.”
La expulsión de los melanoanglos de la Zona en 1955
Gerardo Maloney y George Pristley, escribieron en 1975 el estudio llamado “El grupo antillano en el proceso político panameño” - Ahí decían lo siguiente:
(Maloney y Pristley, 1975: 24)
“Si bien es cierto que los Antillanos en su condición de obreros constituían un sector potencialmente importante dentro de la lucha política en Panamá también es cierto que su situación como extranjeros neutralizaba su poder (no poseían derechos ni como ciudadanos panameños ni como norteamericanos.. (…)
Por ejemplo, las negociaciones de 1955 entre la burguesía comercial y los Estados Unidos en la cual los obreros antillanos son condicionados a incorporarse de hecho al mercado interno, no como elementos productivos, sino como factores de consumo, para que así la burguesía pudiese recapturar un sector de su mercado interno, que la Zona del Canal había dominado mediante sus actividades comerciales, Los grupos antillanos sirvieron como elemento reconciliador en el choque de intereses (norteamericanos y panameños).
Desde 1955 la Burguesía Comercial ha tomado el Acuerdo Remón Eisenhower para acelerar el proceso de expansión del mercado interno panameño. En este proceso, los trabajadores antillanos de la Zona, fueron obligados a realizar sus actividades comerciales en Panamá y asimismo hay un incremento numérico en las ciudades de Panamá y Colón, no como resultado de una reducción laboral en la Zona como en los años 1914 y 1945, sino como resultado directo de los Acuerdos de la época, que determinaron, que algunos trabajadores de la Zona, que no tenían nacionalidad norteamericana, debían residir fuera del enclave.”
La expulsión de los melanoanglos de la Zona de 1979
Los datos están en el periódico “La República: Dominical” del domingo 24 de junio de 1979.
“Mañana lunes, 25 de junio de 1979, la Compañía del Canal de Panamá y el Gobierno de la Zona del Canal notificarán a cerca de 1,700 empleados, panameños en su inmensa mayoría, la cesación de sus funciones a partir del 1ro de octubre, debido a que ciertas actividades tales como la operación de los puertos, el ferrocarril, el abastecimiento de combustible y otras de orden civil, deberán ser realizadas por Panamá a partir de esa fecha en virtud de los Tratados Torrijos-Carter.
Además, la Compañía Gobierno de la Zona del Canal se dirigirá a un número apreciable de sus trabajadores, que pueden llegar a un 40% del total y que constituye el personal de mayor experiencia y capacidad, para hacerles la oferta de que continúen laborando con los Estados Unidos en la Entidad que administrará la vía canalera hasta el año 2,000”.
Notas sobre la Expulsión de 1979
La noticia aparecida en el periódico “La República” que se refiere a trabajadores panameños de la Zona del Canal no deja entrever que la masa de éstos son melanoanglos panameños.
Y, sin embargo, en un gran porcentaje lo son. Se trata de hijos, nietos y biznietos del personal que procede de Barbados para los buenos tiempos de la construcción, condicionados por los norteamericanos.
Estos melanoanglos, panameños, por su uso del inglés como lengua materna y su afinidad costumbrista con los norteamericanos, hasta muy pocos lustros había logrado mantener a los panameños hispanoamericanos fuera de los trabajos del Canal.
En estos tiempos que corren la indiferenciación que postula la palabra panameños oculta este hecho en actos oficiales.
De manera que, una vez planteados los extremos anteriores, se puede justificar que en este capítulo sobre la historia de las expulsiones de los melanoanglos de la Zona del Canal, éste sea el más reciente dato y se pueda denominar “La Expulsión de los melanoanglos de la Zona: 1979”.